Hablar de las bondades de la lectura es “regar sobre mojado”, porque vosotros, padres comprometidos con la educación de vuestros hijos, sabéis de sobra que unos niños que leen, son unos niños que viven la vida en realidad aumentada.
No voy a detenerme a hablar de los muchos beneficios de la lectura a nivel neurológico, porque seguramente los conocéis mejor que yo, pero os diré algo de lo que pocas veces se habla. Un niño que lee ha vivido ya varias vidas, comprende mejor a los demás porque ha experimentado qué sienten los personajes de sus libros, ha sufrido los problemas junto a sus protagonistas y los ha superado con ellos.
Charlotte Brontë, gran novelista del s. XIX, vivió gran parte de su corta vida en el rectorado de Haworth, junto a su padre, clérigo y sus hermanas. Tan apenas tuvo contacto con el mundo exterior, nadie se explica cómo pudo escribir algunas de las mejores obras de su siglo (Jane Eyre, Cumbres borrascosas, etc). Lo cierto es que los libros fueron para ella una ventana a la realidad, una potente conexión con el mundo y sus gentes.
Pero ya hemos dicho que a vosotros todos estos argumentos os sobran porque ya estáis convencidos de que es bueno que vuestros hijos lean. La cuestión es ¿Qué hacemos para que nuestros hijos lean?, o mejor dicho, reformulo, ¿Qué hacemos para que nuestros hijos disfruten leyendo?
Abriendo las puertas del mundo
Como sabéis, yo no soy maestra y no voy a ofreceros la técnica de lectura definitiva, pero soy madre de unos niños “lectodisfrutones” y os puedo contar qué hemos hecho en casa para que nuestros hijos conviertan la lectura en una de sus mayores aficiones.
Un momento clave en la relación con los libros es cuando comienzan a leer. En la mayoría de los colegios españoles es a los 4 años, según el método que empleen la adquisición es más rápida o más lenta. En realidad es irrelevante porque lo que de verdad importa es la actitud que tengamos en casa hacia su lectura. Me explico, yo he tenido niños que estaban muy motivados para aprender a leer, estaban fascinados con las letras y no sólo leían lo del cole, sino que enseguida buscaban más materiales por casa para leer. Con esos niños nuestra postura ha sido de no poner puertas al campo. Facilitarles el acceso a cuentos y todo tipo de libros.
Hasta aquí los niños fáciles, esos que ya llegan con el chip “lectodisfruton” incorporado, pero ¿qué hacemos si nos toca un niño de los que no les gustan las letras e incluso expresa rechazo?, también he tenido algunos de ese estilo. Para ellos claramente no ha llegado el momento de empezar a leer. Estos hijos míos traían sus hojitas para leer del cole, como los demás, pero tras preguntar ¿Te apetece que leamos un rato? (Como quien pregunta, ¿Te apetece un helado de chocolate?) y recibir un claro “no” por respuesta, nuestra actitud ha sido siempre de no insistir. Lo importante es que le quede claro al niño que leer no es una carga, es un placer. Evidentemente estos niños han aprendido a leer algo más tarde que los otros. Lo cual pasados un par de años, es absolutamente irrelevante.
Uno de mis hijos se afincó especialmente en la no lectura, sus compañeros ya leían bastante bien y él nada de nada, así que poco a poco él mismo empezó a sentirse un poco mal y vimos cómo le estaba afectando a la autoestima, evidentemente quería leer como los demás, pero no sabía muy bien cómo salir de ahí. Realmente no le tenía “manía” a la lectura porque nosotros no le insistíamos nunca, simplemente no le interesaba. Así que con ese hijo hicimos un plan de buscar un ratito todos los días para compartir con papá o mamá a solas. Así la lectura se convirtió para él en un momento especial, en el que hablábamos de sus cosas y leía.
Un invitado que aporta más cuando no está que cuando está, ¿Qué es?
Un factor que ha sido decisivo para que nuestros hijos lean ha sido la televisión. La verdad es que no fue algo pensado, fue algo que sucedió y trajo su fruto, casi sin quererlo. Nuestro primer bebé fue durillo, el pobre era bastante lloroncete y encima va y le tocan padres unos primerizos. No os lo creeréis pero en esa época, con un sólo bebé, es cuando me he sentido más saturada y agobiada. Estábamos tan absorbidos por el niño que dejamos de ver la tv por completo, ni siquiera la teníamos sintonizada con la antena y como no la echábamos de menos, se quedó así. Hasta hoy. En nuestra casa no hay tele. Hay un aparato de tv, pero sigue sin estar conectado a la antena. Nuestros hijos no saben lo que es un anuncio, ni las noticias, ni los concursos de tv, etc.
Ellos ven películas, y alguna serie, pero sólo contenidos a demanda y en momentos muy concretos del fin de semana. Para ellos no tiene sentido encender la tv porque no sale nada.
Y claro como la Tv no es un opción, a veces se aburren, (bendito aburrimiento ) y cuando ya están cansados de jugar se pasan a su ratito de desconexión particular, que es un buen libro.
Os quiero aclarar que no es que la TV nos parezca “mala”, de hecho ven pelis. Pero hemos experimentado que su ausencia hace que busquen otras alternativas de ocio mucho más beneficiosas para ellos, entre las cuales se encuentra la lectura.
Tu casa por dentro
La verdad es que yo nunca he sido muy fan de la decoración, así que cuando vi que la excusa de “nos acabamos de mudar” ya no servía porque habían pasado dos años…, le pedí a una amiga consejo para decorar mi casa y me dijo, piensa el estilo de familia que sois, qué es importante para vosotros, cuáles son vuestros valores y decora en función de eso. Y yo que pensaba que la decoración era pura superficialidad, ¡pues no!.
En nuestra casa es importante la lectura, también otras cosas, como dar una buena acogida a los demás, etc. Y como ser unos lectodisfrutones forma parte de nuestra identidad, pensé ¿Qué hace falta para que mis hijos lean a gusto? Y lo vi claramente : llenar la casa de rincones de lectura. Y esa ha sido una de las prioridades cuando hemos decorado la casa. Si venís a mi casa además de ser muy bien recibidos, podréis perderos en un puñado de sitios para relajaros con un buen libro.
En torno a la lectura
Cómo leer es un placer, es una actividad que ocupa un lugar importante en el ocio de la familia:
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- Practica el Biblioteking: para nuestros hijos ir a la biblioteca es un planazo, vamos todos, o casi todos, cada uno se coge un libro y ya no hay niños. tengo niños más movidos y más reposados, pero en la biblioteca todos desaparecen detrás de sus aventuras. Cuando vamos a otra ciudad o pueblo en vacaciones lo primero que hacemos es localizar la biblioteca y hacernos con un buen alijo de libros para esos días de ocio.
- Cuentos familiares: La verdad es que en general no hemos leído muchos cuentos a nuestros hijos. Pero en alguna época hemos hecho “el libro familiar” que consistía en que durante la cena, un ratito lo dedicábamos a leer un capítulo de un buen libro tipo “Charlie y la fábrica de chocolate”, que a todos engancha. Así todos van asociando la lectura con un momento de placer y de disfrute.
- La noche es para leer: Aunque no contamos cuentos a nadie todos pueden leer o imaginar con los dibujos un rato antes de dormir, para ellos es uno de los mejores momentos del día.
A estas alturas ya estaréis planificando vuestro próximo viaje a la biblioteca o pensando nuevos horarios para la TV. La verdad es, que como todo, es coger el hábito y lo siguiente ya poner el piloto automático y disfrutar sin más.
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Yo tengo dos niños, y el mayor desde que comenzó a leer se enganchó con la saga de Jacobo lobo y Débora libros y me encanta verle reírse solo con algo del libro o hablar con su padre de libros de fantasía, es maravilloso y más cuando a mí me encanta leer, pero tengo la segunda parte, el segundo, el pequeño , que con casi 10 años no le motiva ni media un libro, ni cómic, ni nada de nada….he intentado leer yo con él, ponerle horarios, dejarle libros en cualquier lugar, pero no se engancha a nada y mira que lee genial y aprendió rápido, pero todo le aburre, y eso que tenemos libros de todas las temáticas. Ante esto no sé qué me recomiendas porque me da una pena tremenda todo lo que se está perdiendo.
Se ve que en vuestra familia la lectura también ocupa un lugar especial 👏👏👏. Te entiendo porque de mis hijos también ha habido uno que hasta los 9 años no se ha vuelto un lectodisfruton. Te cuento cosillas que hemos hecho : aparte de que apenas existe el ocio televisivo en nuestra casa. Alguna temporada hemos hecho «lectura efectiva», que consistía en dejar un rato para la lectura, de manera que tenían que leer un capítulo o dos de un libro elegido por ellos en ese ratito. Después veían una peli. También hacemos lectura-peli,por ejemplo con Harry Potter, antes de ver la peli hay que leerse el libro, esto les engancha bastante. Espero haberte ayudado 😘
Esas dos cosas también las hemos intentado, pero no hay manera…de todos modos creo que lo que nos falla un poco es el tema TV, porque claro es más fácil en un primer momento eso que leer, y eso que tenemos bastante controlados los horarios, pero no vamos a desistir, le tiene que picar el gusanillo en algún momento… Gracias por la entrada porque siempre viene bien pararse a recapacitar sobre todo, no dejes de seguir aconsejando nos en todo. Saluditos
Esas dos cosas también las hemos intentado, pero no hay manera…de todos modos creo que lo que nos falla un poco es el tema TV, porque claro es más fácil en un primer momento eso que leer, y eso que tenemos bastante controlados los horarios, pero no vamos a desistir, le tiene que picar el gusanillo en algún momento… Gracias por la entrada porque siempre viene bien pararse a recapacitar sobre todo, no dejes de seguir aconsejando nos en todo. Saluditos
Es que lo de la tv es clave! No es cuestión de restringir horarios si no que no se cuente con la tv como alternativa de ocio… Yo se que suena radical, pero nosotros lo hemos vivido siempre así y no supone esfuerzo porque no se cuenta con ella. Gracias por tus palabras y ánimo, ¡seguro que lo conseguis!
Hola, soy el hijo mayor de la que ha escrito el post (no es coña) y lo cierto es que lo mejor que puede hacer un ser humano en esta vida es leerse el señor de los anillos, el hobbit, y después, si su grado de frikismo por la tierra media no ha quedado satisfecho, leerse el silmarillion.
Y gracias por todo, madre a la que no se si debo nombrar por cuestiones de copyright o algo así